domingo, 6 de septiembre de 2009

poema de las nuevas tendencias- Azul De Ti


Pensar en ti es azul, como ir vagando
por un bosque dorado al mediodía:
nacen jardines en el habla mía
y con mis nubes por tus sueños ando.

Nos une y nos separa un aire blando,
una distancia de melancolía;
yo alzo los brazos de mi poesía,
azul de ti, dolido y esperando.

Es como un horizonte de violines
o un tibio sufrimiento de jazmines
pensar en ti, de azul temperamento.

El mundo se me vuelve cristalino,
y te miro, entre lámpara de trino,
azul domingo de mi pensamiento.
Eduardo Carranza

poema de las nuevas tendencias- PLAZO FATAL

El postrer pagaré me aflicciona
con su peso de lápida
documento diabólico
la sangre me succiona
con zumbido de máquina
En deuda estoy con Dios
y con la Banca
¡ Prorroga ! imploro
en la fría antesala,
pero en mármol rebotan mis palabras.
¡ Usura ! vocifero
entonces vienen y me dan como caja
Manuel Silva Acevedo

poema de las nuevas tendencias- La Rama

Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo, sobre su trino.
Se yergue, flecha, en la rama,
se desvanece entre alas
y en música se derrama.
El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.
Alzo los ojos: no hay nada.
Silencio sobre la rama,
sobre la rama quebrada
Octavio Paz

poema contemporaneo - ELEGÍA


A veces me dan ganas de llorar,

pero las suple el mar.

(corto pero profundo)


Jose Gorotiza

poema contemporaneo - EPODO

Esa palabra que jamás asoma
a tu idioma cantado de preguntas,
ésa, desfalleciente,
que se hiela en el aire de tu voz,
sí, como una respiración de flautas
contra un aire de vidrio evaporada,
¡mírala, ay, tócala!
¡mírala ahora!
¡mírala, ausente toda palabra,
sin voz, sin eco, sin idioma, exacta,
mírala cómo traza
en muros de cristal amores de agua!
Jose Gorotiza

poema contemporaneo - LA ORILLA DEL MAR

No es agua ni arena la orilla del mar.
El agua sonora de espuma sencilla,
el agua no puede formarse la orilla.
Y porque descanse en muelle lugar,
no es agua ni arena la orilla del mar.
Las cosas discretas, amables, sencillas;
las cosas se juntan como las orillas.
Lo mismo los labios, si quieren besar.
No es agua ni arena la orilla del mar.
Yo sólo me miro por cosa de muerto;
solo, desolado, como en un desierto.
A mí venga el lloro, pues debo penar.
No es agua ni arena la orilla del mar.
Jose Gorotiza

poema del afrocubanismo - PUENTE

¿Lejos?
Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz.
¿Alto?
Hay un ala que rema
recta, hacia el sol.
De polo a polo a una
secreta información.
¿Qué más?
Estar alerta
para el duro remar;
y toda el alma abierta
de par en par.
Nicolás Guillén

poema del afrocubanismo - ALMA MÚSICA

Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.

Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.
Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.
Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.
Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino.
Nicolás Guillén

poema del afrocubanismo - Si tu supiera

¡Ay, negra
si tú supiera!
Anoche te bi pasá
y no quise que me biera.
A é tú le hará como a mí,
que cuando no tube plata
te corrite de bachata,
sin acoddadte de mí.
Sóngoro cosongo,
sogo be;
sóngoro cosongo
de mamey;
sóngoro, la negra
baila bien;
sóngoro de uno
sóngoro de tre.
Aé,
bengan a be;
aé,
bamo pa be;
¡bengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo de mamey!
Nicolas Guillen

POEMA ULTRAISTA - CASA VACÍA

Toda la casa está llena de ausencia.
La telaraña del recuerdo
pende de todos los techos.

En la urna de las vitrinas
están presos los ruiseñores del silencio.

Hay preludios dormidos
que esperan la hora del regreso.

El polvo de la sombra
se pega a los vestidos de los muros.
En el reloj parado
se suicidaron los minutos.
Ernesto López-Parra ...

poema ultraista - NOCTURNOS

La noche ha abierto su paraguas
Llueve
Los pájaros de la lluvia
picotean los trigos de los charcos
Los árboles duermen
sobre una pata
Revoloteos, revoloteos
Destartala un coche
su estrépito final de endecasílabo
Un hombre cruza como un mal pensamiento
Los mosquitos de agua
colmenean la s luces
Incendios de alas
revoloteos
Llueve
Juan Larrea...

poema ultraista - MAÑANA

Las banderas cantaron sus colores
y el viento es una vara de bambú entre las manos
El mundo crece como un árbol claro
Ebrio como una hélice
el sol toca la diana sobre las azoteas
el sol con sus espuelas desgarra los espejos
Como un naipe mi sombra
ha caído de bruces sobre la carretera
Arriba el cielo vuela
y lo surcan los pájaros como noches errantes
La mañana viene a posarse fresca en mi espalda.
Jorge Luis Borges

poema estridentista - Las aves negras

Las aves negras
Que de noche duermen en el tendido eléctrico
Auguran tu final.
Las que de día cantan
Te distraen.
Alfredo Lavergne

poema estridentista -


Cocodrilos pocos,


pocos cocodrilos locos,


drilos pocos,


pocos cocodrilos locos,


drilos pocos,


pocos cocodrilos locos,


pocos drilos,


pocos locos cocodrilos... pocos;


pocos locos,


pocos drilos,


pocos cocodrilos locos.


Mathias Goeritz.

poema del estridentismo - prisma


Yo soy un punto muerto en medio de la hora,
equidistante al grito náufrago de una estrella.
Un parque de manubrio se engarrota en la sombra,
y la luna sin cuerda
me oprime en las vidrieras.
Margaritas de oro
deshojadas al viento.

La ciudad insurrecta de anuncios luminosos
flota en los almanaques,
y allá de tarde en tarde,
por la calle planchada se desangra un eléctrico.

El insomnio, lo mismo que una enredadera,
se abraza a los andamios sinoples del telégrafo,
y mientrass que los ruidos descerrajan las puertas,
la noche ha enflaquecido lamiendo su recuerdo.

El silencio amarillo suena sobre mis ojos.
¡Prismal, diáfana mía, para sentirlo todo!

Yo departí sus manos,
pero en aquella hora
gris de las estaciones,
las palabras mojadas se me echaron al cuello,
y una locomotora
sedienta de kilómentros la arrancó de mis brazos.

Hoy suenan sus palabras más heladas que nunca.
¡Y la locura de Edison a manos de la lluvia!

El cielo es un obstáculo para el hotel inverso
refractado en las lunas sombrías de los espejos;
los violines se suben como la champaña,
y mientras las ojeras sondean la madrugada,
el invierno huesoso tirita en los percheros.
Mis nervios se derraman.
La estrella del recuerdo
naufragada en el agua
del silencio.
Tú y yo
coincidimos
en la noche terrible,
meditación temática
deshojada en jardines.

Locomotoras, gritos,
arsenales, teléfrafos.
El amor y la vida
son hoy sindicalistas,

y todo se dilata en círculos concéntricos.
Manuel Maples Arce